Prácticamente un mes después de abrir este diario se presenta un nuevo reto. Las cosas realmente han de cambiar y salir algo positivo. Han sido días muy intensos, negros y con un futuro muy incierto. Nada está asegurado pero hay que lograr que todo se alinee y mejore sustancialmente. Hemos llevado las situaciones al extremo. Todo parecía insuperable y desesperante. El pozo ha de quedar bien lejos. Toca estar en la superficie y disfrutar de la vida. El objetivo al abrir este blog era ser una vía de desahogo, dejar fluir todo lo que oprime. Así que con ese espíritu habrá que seguir esta experiencia. La idea era buena y puede ser un apoyo para que las situaciones de estos meses pasados queden en el olvido. Hay que expresar todo lo bueno y lo malo, aunque te haga sentir vulnerable, para poder avanzar, sentir y vivir. La oscuridad se engancha como una garrapata y aunque cuesta se ha de lograr desprender de uno. Sería una ilusa si pensase que siempre todo saldrá bien pero la actitud, la experiencia reciente ha de estar presente para saber que el camino al que lleva es muy negativo. Ha de haber el equilibrio en todo, para estar centrado y evitar llegar a los extremos. Hablar, estar presente, expresar deben estar siempre. Dejarlos prisioneros solo lleva a lo negativo que acaba impregnando todo. El cambio de actitud, dejando los pensamientos negativos fuera, ha supuesto un punto y aparte. Ahora toca seguir mejorando. Hay que revivir los momentos felices, afianzarlos para que todo fluya por el buen camino. Sólo espero que por fin todo sea mejor. El lema de este blog es un revulsivo que recuerda que hay momentos duros pero que siempre se acaba imponiendo la luz. La ilusión que tienen los niños se ha de contagiar. Los enfados, las rabietas, les duran poco porque ven algo que les anima y cambian la actitud. Ese es el espejo donde reflejarse. Es verdad que nos dan grandes lecciones y que aprendemos en ocasiones más de ellos de lo que les aportamos nosotros. Con eso me quedo. Verle feliz, su forma de ser, lo grande que es, a pesar de todo lo que a veces le rodea es la gran lección que estamos aprendiendo. Disfrutemos y que se contagie. Sin agobios, sin prisas, sin darle vueltas a mil cosas. Vivir y dejar vivir. Queremos ser felices y disfrutar. Aunque lo malo aparezca, hay que lograr que esté poco con nosotros. Los nubarrones aparecen, llueve pero acaba saliendo el sol o la luna tan maravillosa que hay estos días. Así es como quiero que sea mi vida, luminosa y esperanzadora.
A reflexionar y esperar qué nos deparan los próximos días. Fuerza y ánimo
