Después de la tormenta siempre llega la calma. El cambio de escuela fue positivo porque nos abrió las puertas a un nuevo mundo, más abierto, cercano y con valores similares. Aún así la gestión de la comunicación entre padres, en ocasiones, dista de la eficiencia que debería. Mientras logremos que el niño aprenda y este a gusto lo demás podemos gestionarlo.
Tras un año con tantos cambios seguimos hacia adelante buscando el equilibrio, con positivismo y energia.
La lectura, el cine son pasatiempos que disfrutamos y que poco a poco los está cogiendo con más cariño. Hay que contagiarse de su positivismo y ganas de hacer cosas. Toca seguir buscando fórmulas que le hagan disfrutar y le abran la mente a nuevos mundos. Estos días con las modificaciones en su cuarto de niño grande, ha vuelto a encontrar juguetes que nos recuerdan de nuevo que rápido crece.
A reflexionar y esperar qué nos deparan los próximos días. Fuerza y ánimo
